Tipos de hipertrofia:
1. Sarcoplasmática:
La hipertrofia sarcoplasmática se refiere al aumento del tamaño del sarcoplasma, que es el líquido que rodea las fibras musculares y que contiene nutrientes, energía y metabolitos. Este tipo de hipertrofia se observa comúnmente en culturistas y atletas de resistencia. Durante el entrenamiento de resistencia con repeticiones moderadas y descansos cortos, se produce un incremento en la cantidad de sarcoplasma en las células musculares para almacenar más glucógeno y otras sustancias necesarias para la energía y la recuperación. Esto puede resultar en un aumento del tamaño muscular sin necesariamente un gran aumento en la fuerza absoluta.
2. Miofibrilar:
La hipertrofia miofibrilar implica el aumento en el tamaño y la cantidad de las miofibrillas, que son las unidades contráctiles dentro de las fibras musculares. Este tipo de hipertrofia se asocia más estrechamente con el aumento de la fuerza muscular. Ocurre como respuesta al entrenamiento de fuerza con cargas pesadas y pocas repeticiones, lo que provoca daño en las miofibrillas. En este caso, el cuerpo reconstruye y aumenta la densidad de las miofibrillas para adaptarse al estrés. Como resultado, los músculos se vuelven más fuertes y densos, lo que conduce a mejoras significativas en la fuerza y la potencia muscular.
Es importante destacar que en la práctica, estos dos tipos de hipertrofia no siempre son exclusivos y pueden ocurrir en combinación dependiendo del tipo de entrenamiento. Por ejemplo, un programa de entrenamiento bien equilibrado que incluya tanto repeticiones moderadas como cargas pesadas puede promover tanto la hipertrofia sarcoplasmática como la miofibrilar, resultando en músculos más grandes y fuertes en general.
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